jueves, 30 de diciembre de 2010

2011.

Se terminó este año lleno de extraños acontecimientos.
Ha sido un año diferente, en el que he comenzado a apreciar quien soy, y a darme cuenta de cómo voy a vivir.
He sufrido, aprendido, llorado, madurado, sonreído, reído, odiado y amado.
He conseguido salir adelante en situaciones difíciles, de conseguir mostrar una sonrisa a todo aquel que me miraba con fijeza.
¿Por qué?
Porque he decidido que a partir de ahora seré feliz.
Por eso aseguro, pase lo que pase en este año que se aproxima, yo aprovecharé todos y cada uno de los momentos que me proporcione la vida y los convertiré en innolvidables.
Lograré hacer felices a todos aquellos que quieran permanecer a mi lado, y que valga la pena sacarles una sonrisa.
Mantendré sonrientes a aquellos que aprecien su vida, que sepan cuánto valen.
Les daré la espalda a esas personas engreídas, que están muy confundidas al pensar que ellos son el centro del mundo.
Los débiles se quedarán en el camino hacia la felicidad, porque serán demasiado cobardes como para afrontar el tortuoso camino y conseguir esa esperada recompensa.
Sí, este año, va a ser un año innolvidable.
Para toda la humanidad.

martes, 28 de diciembre de 2010

History will remember me.

Lo más probable es que pierda, pero, ¿qué más da?
Lo daré todo en el camino y me preocuparé después del resultado.
No hablo de un amor, de eso estoy satisfecha. No hablo de cosas vanales, hablo de una ambición.
Una ambición que podría cambiar mi vida y la de las personas que me rodean.
Lucharé con uñas y garras por aquello que deseo, por aquello que ansío, y no me rendiré bajo ningún concepto.
Siento comunicaros que he venido a ganar, consiguiendo este premio o no.
He venido a conquistar las mentes de los débiles para enseñarles que hay un mundo mejor, tan sólo hay que amarse a sí mismo.
No quiero quedarme de brazos cruzados.
Voy a aprender a volar por mi cuenta, voy a ser más fuerte que nadie para cambiar el mundo.
Temblad, cobardes.
La historia me recordará para toda la eternidad.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Presentemente.

Hay mil maneras de demostrar el amor que se siente hacia una persona.
Yo lo hago de la mejor manera que sé: escribiendo.
No hay un punto exacto en el que se termine este extraño sentimiento que embarga todo cuanto nos rodea. No existe un apogeo desde el cual se vaya a apagando el fuego que tenemos en nuestros corazones. Estamos estáticos, refulgiendo bajo la luz que nosotros mismos producimos con el ardor de la pasión. Inmóviles, bajo un manto de estrellas que cubre nuestros temores convirtiéndolos en pasado. No hay objetividad en nuestras palabras y sentimientos cuando charlamos extasiados, ahogándonos en amor. No hay prisa en nuestros pasos mientras caminamos uno junto al otro. No hay malicia en nuestras críticas compartidas, en las que aclaramos con sencillez y pinceladas aquellos aspectos que nos vuelven locos del otro. Y siempre ocurre lo mismo. No hay palabras para explicar que esos aspectos que me vuelven loca junto con el resto de las características que forman tu aura, son las que me mantienen enamorada de ti.
Día tras día, momento tras momento, sin importarnos realmente el paso del tiempo, ya que no lo notamos. Una compenetración casi sobrenatural para dos almas tan absolutamente distintas. Nos complementamos, nos salvamos de la agonía, nos protegemos de los errores.
Por todo ello, debo decirte que no tengo miedo a lo que pueda pasar en un mañana.
Yo te quiero ahora. Y me basta con que tú hagas lo mismo.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Gracias.

La suave brisa que escapa con tu risa acaricia mi mejilla, convirtiendo mis latidos en escalofríos que recorren mi sistema nervioso a una velocidad vertiginosa.
Mis mejillas adquieren un color escarlata, consciente de que has notado el temblor que me ha invadido sin previo aviso.
Tú y yo somos distintos. Y es gracias a eso que nos soportamos.
Ese brillo en tus negras pupilas rodeadas de un iris marrón-verdoso tan lleno de vida como las arrugas que se forman en la comisura de tus labios cuando me aseguras que me quieres.
Tus manos se pasean por mi espalda con cuidado, pidiendo mi permiso con la mirada antes de abrazarme con precaución, tratando de no estropear el momento.
Gritamos, descompuestos ante la opción de que este amor acabe alguna vez, perdiéndose en la densidad de la niebla que es el olvido. El temeroso pánico se abre paso en nuestra confusa pelea, mezclando odio y amor, borrando la fina línea que separa ambas emociones.
No dudo en ningún momento los sentimientos que tienes hacia mí. No lo hago, porque sé fijarme en detalles que nadie más captaría.
Sé cómo permaneces estático, observándome mientras brillo bajo la luz del sol, eternamente prisionera de tu sonrisa. Mientras yo vago errática en el pasillo de la perdición, tú me cuidas, procurando que nada ni nadie me haga daño.
Una vez te confesé que mis sentimientos por ti no eran eternos. Eran presentes, y eso era lo importante.
Hoy, no sé que será de estas extrañas emociones que provoca tu voz y tu aliento.
Sólo sé que no quiero que dejes de amarme tal y como lo haces, con tus virtudes y tus defectos.
Porque yo te quiero al completo.
No importa cuántas veces caiga; tú siempre consigues alzarme.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Malgastando aire.

Estás tan ocupada enamorada de ti misma que no te das cuenta de lo ridícula que pareces.
Patético, ese amor propio desbordado.
Tenlo, pero aceptando que tienes defectos.
Sí, tienes una cara agradable a la vista.
Cuando comiencen las arrugas, las manchas en la piel, las patas de gallo y el paso del tiempo te pase factura, dime qué te quedará entonces.
¿Un consejo?
Preocúpate menos de tu rostro y mejora tu alma podrida.
No, no soy perfecta; ni intento serlo. Soy yo, con mis virtudes y mis defectos, repleta de alegría en unas ocasiones y maldad en otras. Egoísta, solitaria, risueña, diferente.
No importa a cuánta gente conozcas, sino los amigos que tienes. Y ambas sabemos que no tienes un sólo amigo que te acompañe en tus peores momentos.
No suelo decir estas cosas, pero ¡espabila!
Porque me das vergüenza ajena cada vez que me miras y sonríes con esa sonrisa de "lo sé, soy guapa."
Para mí, una persona "guapa", hermosa, es aquella que sonríe con el corazón y no con la boca, que ese brillo en sus ojos no desaparece nunca, que camina segura de sí misma aunque vaya abstraída en sus pensamientos, que nunca deja de preocuparse por ti si considera que vales la pena.
Así que no, tú eres una de las personas más feas que he conocido en mi vida.
Y puedo asegurarte con el corazón en la mano, que no han sido pocas.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Odiar a alguien es darle demasiada importancia.

No te ofendas, pero no me importas. No es que no me importes y te odie, es que simplemente no existes para mí.
Me has hecho sufrir y llorar, me has roto y me he tenido que recomponer. Llegó un momento en el que decidí que era suficiente.
No dejaría que volvieses a herirme, y para ello, desapareciste de mi vida.
Sí. Siento decirte que eres tan poco importante, que hay veces que cuando te mencionan tengo que hacer memoria para recordar tu rostro.
Lo sé, yo tampoco podía creer el progreso que estoy haciendo.
Pero bueno, supéralo.
Sé que soy maravillosa, que me quieres más que a nadie, que nunca quisiste hacerme daño de verdad...
Lástima que ya no crea tus falsas lágrimas.
Por eso te pido que recojas lo que queda de tu dignidad que he pateado y nos hagas un favor a todos.
Vete.
Pero no para volver.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Naturalmente.

A veces consigo sacar de sus casillar hasta a las personas más tranquilas que conozco.
No lo hago de forma consciente, lo juro, es sólo que soy incapaz de cerrar la boca cuando veo injusticias, deshonras, infidelidades y mentiras.
Por mucho que aparto la mirada, soy incapaz de dejar a un gatito abandonado a su suerte; de permitir que rodeen a un niño y comiencen a gritarle insultos; de marcharme cuando veo que las niñas me miran y murmuran.
Se me da realmente mal actuar, así que ser falsa no es mi punto fuerte.
¿Me caes mal? No dudes que serás el primero en enterarte.
Que soy diferente, lo sé, y me encanta serlo.
Odio seguir y que me sigan. Soy un alma rebelde, salvaje, que no se deja domar o moldear por nadie.
Sí, puedo amar, pero no entregarme.
No nací egoísta, me hicieron así.
Pero estoy orgullosa de quién soy, y no pienso cambiar.
Ni siquiera por ti.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Te guste o no, mi amor.

He de admitir que no soy perfecta.
He llorado, herido, dañado, sufrido, roto, reparado, amado, odiado, recordado y olvidado.
Sé que a veces he hecho más mal que bien, y no estoy orgullosa de poder decirlo. Me arrepiento profundamente de haberte causado daño, de haber sido la causa de que derramaras lágrimas cuando nadie te veía, de haber sido la culpable de que te aislaras del mundo y no dejaras pasar a nadie que no fuera yo. Lo siento, porque yo no estaba allí para pasar y sacarte de aquella habitación que se había convertido en tu prisión.
Había convertido un regalo en tu perdición. En vez de convencerme a mí misma de que era capaz de amar con pureza, me convencí de que amarte era perderme. Y soy egoísta. Sí, hablo en presente.
Porque sé lo que soy, no me gusta, pero lo acepto.
Soy egoísta, fría, dura como una piedra, por suerte o por desgracia. Soy como soy, y creo que me ha servido de mucho en demasiadas ocasiones, y ha hecho más daño del que puedo reparar en otras tantas.
No tengo excusas.
Se me acabaron cuando me di cuenta de que te amaba.
No voy a prometerte un futuro junto a mí, ni a entregarme para siempre.
Te aseguro que ahora, hoy, en este momento estoy aquí, amándote más que a mi vida.
No puedo prometerte que siempre te voy a amar.
Pero te prometo que siempre te voy a querer.

martes, 7 de diciembre de 2010

Superficial.

Sí, sé que a veces soy insoportablemente cabezona; sé que siempre creo tener razón, y no soporto que me la quiten; no soporto que se queden con el mérito de algo que yo he hecho.
Tampoco me gusta cuando estoy feliz, disfrutando de cada momento, y vienes tú a decirme lo infeliz que eres, lo mucho que odias tu vida porque te ha salido un grano.
¡No soporto cuando me dices que quieres morirte!
¿Por qué? Por que se te han roto los malditos tacones.
De verdad, no soporto a las personas superficiales que sólo se fijan en lo guapo que eres, en lo bien que te queda la ropa ceñida, en lo bien que andas con unos zapatos de veinte centímetros de tacón, y cuántos niños te miran cuando vas con ellas.
Sinceramente, déjame decirte que cuando seas vieja, gorda, fea y apenas puedas andar, vas a estar total y completamente sola.
Sí, no habrá nadie que te diga lo guapa que vas hoy, lo bien que te queda el pelo liso, los bonitos ojos que tienes, y mucho menos, que te digan te quiero.
Para eso, tienes que apreciar eso que no se ve.
Tienes que apreciar el alma.
Pero entiendo que no sepas. Tú careces de ella.
Que sí, que no soy perfecta, pero yo sé quién soy.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Amor propio.

Que estoy cansada de hablar de amor; de pasión; de melancolía; de un corazón partido; de añoranza; de tristeza; de muerte; de dolor.
No quiero hablar de nada en concreto.
Quiero sentarme bajo la sombra de un árbol y dejar que vuelen mis pensamientos sin control, absolutamente libres e indómitos.
Quiero caminar sola por la calle observando cada detalle y analizando a las personas de mi alrededor, y fijarme en lo pobres que son por no saber ser felices.
Que sí, que es precioso tener a alguien que te quiera, o a alguien a quien ames.
Pero es más precioso todavía cuando esa persona eres tú misma.
Antes de querer a alguien, tienes que quererte a ti mismo.
Pero no te confundas, querer no es creerse perfecto. Quererse es aceptar tus desperfectos y no ser humilde con tus virtudes. Querese es ser quien eres sin querer parecerte a nadie más.
Yo me quiero a mí misma.
Y por eso soy capaz de amarte con tanta intensidad.

sábado, 4 de diciembre de 2010

cold.

-Tú eres la que mejor puedes superar esto, eres la más fría de todas.
-¿Fría?
-Sí, fría, que puedes ver todo esto sin un ápice de dolor.
Reflexioné sobre el significado de estas palabras, y aunque me dolieron, supe que era cierto.
No me gusta ser débil, no me gusta que haya alguien que me tenga que consolar.
La independencia es mi punto fuerte, y sin ella no soy nadie.
Por eso me abstengo de expresar mis emociones reales por mucho que esté muriéndome por dentro. No importa que el dolor me queme lentamente, siempre consigo poner una gruesa capa de hielo sobre él, y éste desaparece hasta que el hielo se funde.
Luego, vuelvo a empezar.
Así, una capa sobre otra, me vuelvo insensible a cualquier piedra que me lancen.
No me gusta ser así, pero así es como me ha hecho el mundo.
A pesar de mis esfuerzos por encajar, por ser "normal", no me siento así. Me siento extraña en este mundo repleto de cáscaras vacía, ausentes de personalidad o principios.
He aprendido que hay pocas personas que valgan la pena en esta vida, y supongo que puedo alzar la cabeza orgullosa al decir que yo he conocido a varias, y todas ellas siguen presentes en mi vida.
No miento, lo siento; ése es mi punto débil.
Es una lástima tener que ser como soy para lograr hacerme un hueco y ser feliz en el mundo; pero o eres fuerte o te apuñalan por la espalda una y otra vez.
Así que sí, soy fría.
Y gracias a eso, también soy feliz.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Remodelación.

Ah, el dolor.
Conocida palabra para mí.
No es un sentimiento ajeno del que sólo he oído hablar. No; yo lo he sufrido y también provocado, lo he superado y aumentado.
Me han hecho mucho daño en muy poco tiempo, dejándome perdida y sin rumbo, dejándome con pocas ganas de continuar.
Pero aquí estoy.
Renovada, poderosa, invencible.
Decidí dejar aparte aquel inútil dolor, cambié de vida, de aspecto, me hice fuerte y no pienso rebajarme de nuevo a tu nivel para permitir que me hagas daño de nuevo.
Me refiero a ti.
A ti, a la vida, al amor, a la locura, a la pasión, al deseo, a la belleza.
He llegado a odiarlo todo, a tirarlo todo por la borda, y me he hundido tan bajo en el suelo que el calor del infierno me acariciaba la piel.
Sí, lo admito: no he sido una persona muy fuerte.
Pero eso ha cambiado.
Saluda a tu peor pesadilla.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

It's over.

Creo que aquí debería pedir perdón.
Hemos pasado momentos de locura, de pasión, de amor, de dolor.
Hemos compartido cientos de meses de horas de nuestras vidas, miles, más bien; pero ha llegado el momento.
Hemos sido una unidad, como una sola persona, amándonos en silencio y a pleno pulmón; compartiendo preocupaciones y felicidad.
He crecido contigo, o más bien, gracias a ti.
Te he amado más que a mi vida, la hubiera dado por ti si tú lo hubieras pedido.
No dudes ni un solo momento todo eso,y no olvides que jamás te dejaré de querer.
No te necesito como pareja, sinocomo amigo y confidente; no como compañero, sino como hermano.
Por que eres la única persona que me conoces al completo, sin nada que pueda esconderte.
Pero tú me sigues amando, y eso hace que esto que tengo que decirte sea mucho más duro.
Lo siento; yo ya no te amo.
Sólo te quiero.