lunes, 24 de enero de 2011

Enséñame a vivir.

Como el ajedrez jugado por dos lunáticos.
Como las carreras competidas por dos locos.
Como el amor compartido por dos psicópatas.
Sé que no soy invencible. Sé que no soy inmortal. Sé que no soy excepcional.
Pero soy diferente.
¿Por qué? Porque sé todo lo anterior, y con lo que soy, hago lo mejor.
Soy lo mejor de mí.
Y eso es mucho más de lo que podría pedir.
Sé quién soy, de dónde vengo y adonde voy. No importa cuántas veces caiga durante mi vida, sé que lograré superarlas. Tengo un instinto de supervivencia tan fuerte y vibrante como la vida misma.
Soy extraña, única, para bien o para mal.
Lo cierto es que me encanta ser quién soy, con mis defectos y mis virtudes, con mis más y mis menos, con mis pros y mis contras.
No quiero creer en los límites.
Soy libre, y los límites están donde yo decida.
Y decido que no existen.

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